En la línea de lo que he venido escribiendo quiero dejarles un par de frases que refuerzan mucho las ideas planteadas sobre el estrés y la sobreestimulación a la que exponemos nuestro cerebro en estos tiempos de vértigo.
El gran filósofo español del siglo XX Ortega y Gasset afirmó que el ser humano necesita de espacios de reflexión e introspección para poder discernir y saber hacia donde orientar su vida. Sin reflexión podemos ser como plumas que se las lleva al viento. Dice el pensador ibérico:
“Prescindir por momentos de los estímulos externos, en virtud de los cuales vivimos “alterados”, le permite al hombre retirarse hacia su intimidad, ensimismarse, para formarse una idea de las cosas y luego actuar en consecuencia”.
El polifacético teólogo católico frances Blaise Pascal (1623-1662) que además fue matemático, físico, inventor y escritor advierte con claridad sobre el fenómeno de la hiperactividad del siglo XVII pero que perfectamente puede ser lo que sucede en pleno siglo XXI:
“Todos los males de los hombres provienen de una sola cosa: no saber quedarse quieto en una habitación”.
Pascal hace referencia aquí a la necesidad de la quietud y del reposo reflexivo que nos permite ponderar bien las cosas y saber discernir que es lo que debemos hacer y lo que no debemos.
Más claro imposible.
La actualidad de Pascal y de Ortega y Gasset
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